Estudiar a ciegas, pasar horas acalorados y sedientos son sólo algunas de las calamidades que los estudiantes de la escuela básica Luisa Cáceres de Arismendi tienen que enfrentar. Aulas sin electricidad y aguas negras desbordadas es lo que se observa al caminar por los pasillos de la institución que se encuentra ubicada en Maracaibo.
Desde hace un año cambió la historia del plantel, cuando un cortocircuito echó a perder la dedicación con la que algunos alumnos se entregaban a sus estudios. Las brequeras dañadas dejaron inútiles más de la mitad de los salones de clases, baños y zonas de recreación. Los niños se quejan ante la problematica.
Según el sub-Director, Oswaldo Cáceres, algunos organismos competentes han prestado sus servicios, según éste, Enelven colocó tubos metálicos que transportan descarga eléctrica a al menos algunas áreas del costado derecho del plantel donde conviven diariamente los niños y el personal docente. También Hidrolago debe acudir mensualmente para destapar las tuberías de aguas negras que finalmente al cabo de unos días vuelven a obstruirse.
Desde que inició el problema se han reducido las horas de clase, el horario pasó de ser de 7 a 10 de la mañana y de 1 a 4 de la tarde. Por lo tanto Cáceres desconoce si el período escolar terminaría en el mes de julio como lo establece el Ministerio de Educación.
Algunos medios de comunicación regionales, tanto prensa, como radio y televisión han servido como ayuda para exigirle al Gobierno una pronta solución a una problemática que se genera desde 12 meses atrás. Sin embargo ésta ha se ha presentado como gotas de agua.
Les invito a que sean testigos de algunas posibles soluciones que esperan todas las personas que comparten en esta institución. Soluciones que probablemente se queden como promesas.




















